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Vol 2. • Act XLIII -43- •「Overgrowth Level」


<Acto número 43, volumen 2>






ACTO XLIII: DULCE VENENO
<Acto número 43, Volumen 2>

Las dos chicas démicas iban raudas pero sin demasiada prisa a buscar a Yun, no habían dicho dónde quedarían después de terminar con el pago y comprar algunos suministros. Muy a pesar de que no habían pactado un lugar de reunión, preguntaron a los guardias que habían frente al palacio una vez llegaron.

Obviamente, siendo dos personas conocidas del cuartel no tuvieron mayor dificultad en obtener respuestas, el pequeño mensajero los había guiado hacia unas instalaciones un tanto apartadas del castillo donde podrían reposar.

Por el camino, Moku carraspeó con una voz seria y se dirigió a Emi.

― ...¿Es una buena persona?

Emi giró la cabeza ralentizando su paso.

― ¿C-cómo dices?

― ...S-si ese hombre es realmente una buena persona...

Emi iba a responder pero, rápidamente, sus palabras quedaron mudas.

¿Qué significa ser una buena persona? Muchos responderían que una buena persona actúa por el bien de todos y que siempre estará atacando las injusticias. ¿Podía un [Héroe] ser buena persona? Al fin y al cabo, acabar con el mal y hacer el bien eran conceptos totalmente distintos si lo pensabas fríamente.

Se mordió el labio con un gesto de confusión y, minutos después, sonrió levemente acariciando la cabeza de Moku quien parecía preocupada por no recibir respuesta.

― Es una buena persona para mí.

― Y... ¿No te asusta que... que sea... eso?

No podía negarlo, sí estaba asustada. Maldita sea, ¿quién no lo estaría? El mismo ser que podía mandar a volar a un ejército entero de soldados era el que la había besado hace apenas unas horas atrás. Su héroe era el villano y su villano era el héroe, era todo tan confuso que le hacía dar vueltas a la cabeza.

Después de unos largos segundos que parecieron días, abrió los labios con una sonrisa ahora amarga en el rostro.

― Me asusta.

Iba a decir algo más, pero Moku cerró los ojos asintiendo y cruzándose de brazos, quería dejar el tema para no incomodarla más.

― E-en fin, será mejor que encontremos al caballero de lustroso latón y a la engreída...

Dijo Moku mientras sonreía cortésmente. Sin mayor dilación, se dirigieron hacia el lugar donde descansarían aquél día o, por lo menos, donde se alojarían hasta completar su misión.

• • •

Las instrucciones dadas a Yun mediante un pequeño pergamino unas horas después eran claras y concisas. El pequeño grupo de brujos que realizaba ritos satánicos con el fin de alzar al Rey demonio estaba ubicado en uno de los barrios pobres de la zona Sur. Precisamente, una de las zonas que él conocía estando peligrosamente cerca del orfanato que ahora podía considerarse "de su propiedad" al haber pagado su compra absoluta.

Siendo dirigidos por el pequeño mensajero de corta edad, eran mirados de mil maneras distintas por los aldeanos que abrían paso al ver a un mensajero real seguido de dos figuras más o menos conocidas. De una forma u otra, en tan poco tiempo tenían una repercusión importante en la ciudadela Dram.

Los únicamente visibles ojos a través del yelmo de Yun perforaban el corazón de cualquiera que mirara fijamente.

― "Esto será otra maldita odisea? Empiezo a cansarme de viajar de aquí para allá sin mayor significado... ¡¿Cuándo obtendré información ÚTIL?!"

El joven héroe pensaba estas palabras mientras un dolor de cabeza cruzó su sentido. La semidiosa frunció el ceño y miró al cielo.

― Problemas.

Yun miró a la semidiosa, sin entender del todo qué quería decir con aquello. Intentó levantar la mano para escribir con la libreta, pero antes de que eso sucediera, la semidiosa se le adelantó.

― Parece que nuestros problemas acaban de multiplicarse. Hemos de movernos mucho más rápido si queremos llegar a algún lugar. Escúchame atentamente, ya no siento la conexión con mis semejantes, han descubierto mi falta y es muy probable que ahora mismo estén tomando medidas.

A pesar de hablar con voz baja, era lo suficientemente fina como para que Yun pudiera oírla. Reacio y cansado, solo había una palabra que cruzaba su mente: Desesperación. Nunca eran buenas noticias.

Siguiendo al mensajero, llegaron a un gran edificio de grandes lujos. Por su apariencia, parecía el cuartel pero varias veces más pequeño, al entrar comprobaron que una alfombra roja con varios candelabros dorados y una recepción de madera fina al fondo de la sala les daba la bienvenida a una posada de alto coste.

Yun se giró mirando al mensajero, quería decirle que no podían pagar aquello aunque si vendiera algunos recursos quizás sí, pero aquello no iba a contárselo.

El mensajero, leyendo sus intenciones carraspeó.

― Sois invitados de honor de su majestad, no debéis pagar nada mientras estéis al servicio de la corona.

Con un gesto, el mensajero desapareció por la puerta y la pareja se acercó al mostrador. Entre palabras de cortesía y halagos, fueron llevados al tercer piso donde encontrarían su habitación. Habían 2 habitaciones distintas ya que, en su cálculo no se incluyó a Moku ni a Emi. Lo que harían sería dormir las tres en una habitación mientras que Yun se hospedaría en la otra.

Todas las habitaciones eran iguales: Gigantescas con varios candelabros que funcionaban con cristales de magia almacenados, algo muy caro para una posada pero siendo lo llamativa que era podían permitírselo. Un lecho de matrimonio donde podrían caber tanta gente como quisiera debido a sus descomunales dimensiones con una seda tan fina que tocarla te inducía al mundo de los sueños.

Alfombras rojas, siendo algo ya común en aquél lugar, un escritorio gigantesco con algunas sillas, armarios... Todo un lujo, pero solo había una cosa que aquella habitación no tenía: una ventana, eran todo paredes ya que no daba al exterior.

En poco más de 10 minutos, el dúo llegó. Podían iniciar la búsqueda del culto ese mismo día pero sería mejor hacerlo de mañana por motivos obvios: se haría más lúcidamente con un buen día de descanso y una excelente comida en el estómago y así todos podrían asemejar la información dada.

A pesar de haberla besado horas atrás, Yun no podía mantener contacto visual con Emi y ésta, por su parte, tampoco podía entablarlo durante mucho tiempo por la vergüenza.

Se asignaron las habitaciones y nadie tuvo ninguna queja a excepción de Gaemi, que recriminaba que ella necesitaba dormir sola debido a que aquello le correspondía.

― ' ' ' Por el momento que cada uno se adecúe a sus nuevos dormitorios... ' ' '

Mientras las tres chicas abandonaban el dormitorio de Yun, éste se tumbó en la cama suspirando.

― "Hacía tiempo que no me sentía tranquilo... Necesitaba un poco de tranquilidad..."

Y entre pensamientos, nuestro héroe acabó dormido en la cama.

• • •

― Recuerda algo, si quieres reír ríe, si quieres llorar llora. Que nadie te diga cómo tienes que sentirte, ¡¿me has oído?! ¡Sé libre!

Esas palabras retumbaban en su oído y con gran pesar empezó a correr. Corría y corría por el bosque blanquecino mientras oía una serie de explosiones tras de él. El rostro del hombre expresaba felicidad cuando le dijo que fuera libre, como si aquello le hubiera liberado aún más a él.

Las explosiones, una a una resonaban como un trueno en un acantilado y mientras más ruido había, más pesar notaba el joven en su alma. 

― M-maestro...

Corría y corría. Las explosiones pronto cesaron y las luces rojizas que le perseguían fueron atenuándose. Cuando el hombre que encarnaba a Yun en su sueño dejó de correr, puso sus palmas en el suelo y tragó saliva.

― M...

Un sollozo sordo salió.

― Ma...

Y otro más sonoro acompañó al primero.

― Maestro...

Finalmente, el alma del joven se desmoronó.

― ¡¡Maestro!!

Y un llanto seco rompió de él mientras gritaba como un animal herido, perdido en un bosque de pasto blanco y copas de árboles brillantes y grisáceos. Los animales se alejaron de la ubicación donde el chico lloraba descorazonado.

Las lágrimas que adornaban el rostro del chico caían en el pasto y, tras cada lágrima un brillo aparecía en el césped solo para ir desapareciendo poco a poco. Solo un sonido sacó al chico de su sueño...

• • •

Tres golpes despertaron al joven.

*TOC TOC TOC*

Los ojos aún medio pegados se negaban a abandonar el mundo de los sueños. Pero no solo estaban medio unidos por el sueño, si no también... húmedos...

Cuando se secó los ojos sin recordar muy bien por qué, bostezó y abrió la puerta. El mismo mensajero, se dio cuenta de que había caído dormido y posiblemente ya habrían pasado algunas horas.

― Una carta.

La entregó mientras lo miraba expectante. Sin saludar ni despedirse, solo la entregó mientras esperaba a que la leyera.

Una carta, para Yun...

[MEMBRETE REAL DE SU MAJESTAD LA PRINCESA]
Destinatario original: Héroe Hiiro.

Estimado héroe,
espero que hayáis iniciado las investigaciones y que estéis tras el paradero de ese culto ilícito que mantiene nuestras mentes distraídas. 
También espero que hayáis descansado ya que solicito hablar unos temas con vos, personalmente. Por favor, debido a que es un asunto importante solicito que vengáis solo.
Acompañad al mensajero, él os guiará.

Y sin mayor tardanza, después de avisar a Gaemi ya que Emi y Moku no estaban allí, siguió al hombre de edad desconocida hacia el castillo, otra vez.  Era ya tarde cerrada, casi noche así que supuso había dormido entre 3-4 horas si es que el día funcionaba exactamente igual que en su mundo.

Esta vez, los soldados parecían mirarle de otra forma, con algo más de respeto aunque con el mismo desprecio, eso no cambiaba. Al pasar por el gran portón y entrar, le guiaron hacia una sala que de todas las que había visitado le resultaba bastante familiar.

Una alcoba con una mesa bastante amplia, la de la princesa donde ya había visto con anterioridad como Yun en varias ocasiones. Esta vez, la mesa contenía un montón de alimentos: Un tipo de sopa de un color anaranjado, varios rollos de pasta unidos con algún tipo de paté, pan de harina, fruta y una colección interesante de bebidas.

La princesa, con un rostro difícil de leer sonrió difícilmente dando la bienvenida a Yun. Los guardias asintieron cuando la princesa Yukia les hizo un gesto con la mano.

― Parece que habéis venido.

― ' ' ' Siempre acudiré si su alteza lo requiere. ' ' '

Con un gesto, la princesa le indicó que se sentara en una de las numerosas sillas. Solo un hombre de avanzada edad se quedó dentro con ellos dos pero, lejos de ser un guardia, parecía algún tipo de sirviente con algunas armas por si sucedía algo. En este caso, era un maestro de las armas a corta distancia como dagas y espadas cortas por lo que podía defender a su alteza con fluidez.

― ' ' ' ¿A qué se debe esta invitación? ' ' '

Decía Yun después de tomar asiento.

― Tenía que conversar con vos algunos asuntos, héroe. Antes de iniciarlos, ¿qué tal si brindamos por su reciente éxito? Cuando vino por primera vez queríamos confirmar algunas cosas por lo que no pudimos brindar a su salud.

El hombre de avanzada edad le sirvió en una copa de cristal en forma hexagonal un poco de lo que parecía un tipo de zumo de un color dorado, Yun desconocía qué era pero podía imaginarse que algún derivado del zumo que contenía alcohol.

― A su salud.

Yun alzó ligeramente su casco y se bebió la copa de un trago, ambos habiendo bebido bajan la copa mientras la princesa carraspea.

― Verá, realmente quería su opinión sobre una duda.

Yun empezó a escribir la respuesta, pero empezaba a sudar ligeramente.

― ' ' ' ¿Sobre qué? ' ' '

― Sobre estrategia, naturalmente. Quiero que me haga llegar sus conocimientos acerca de un pequeño plan que tengo en mente.

― ' ' ' Creo que no la comprendo. ' ' '

Escribía con mayor dificultad poco a poco, sus ojos empezaron a difuminarse pero no notaba ningún dolor, es más, se sentía más activo que nunca a pesar de ser en un sentido que no deseaba.

La princesa sonrió con algo de malicia, se levantó moviendo sus jóvenes caderas de un lado a otro y pasó su mano por la mesa acariciando cada plato y botella hasta llegar a la mano de Yun que, con la armadura, empezaba a temblar como si no pudiera reprimir las ganas de vomitar.

La mano de la princesa subió por la pechera y aterrizó en su hombrera. Con un hilillo de voz, la princesa le sopló cerca de donde se supone estaría el oído si no fuera porque el casco le impedía ver con exactitud y susurró.

― ¿Cuál sería la forma más perfecta de obtener la fuerza del héroe para mí y mi padre...?

― ' ' ' ¿Qué? ' ' '

De repente lo supo. Su retina confirmó sus temores.

[Efecto negativo añadido: Confusión (muy crítico)]

[Efecto negativo añadido: Afrodisíaco (crítico)]

― Ahora eres mío.

Susurró dulce y a la vez, agresiva la princesa que intentaba aparentar madurez pero, en sus adentros, estaba aterrada.

Yun cayó bajo sus instintos principales, su razón quedó anulada y sus pensamientos habían sido remplazados ligeramente hasta el punto de que solo una cosa estaba allí. Cogió a la joven princesa del brazo y, viendo esto, el sirviente abandonó la sala con sigilo.

La mano de Yun trabajó rauda en deshacer el precioso vestido blanco que unía las dos piezas del corsé interior de un color negro provocativo. Yukia entregaría todo su ser si con eso conseguía su causa, y aquella noche entregó su castidad.

El objetivo, quedaba claro. El héroe, que había mancillado la castidad de la princesa, no podría abandonarla después de aquello ya que, aún siendo un héroe, el imperio entero le caería encima.

Ruidos y gemidos provenían del aposento durante horas, lo que al principio eran ruidos de dolor se transformaron en susurros que pedían más y más. Lo que sucedió dentro de la alcoba es otra historia.


COMENTARIO DEL AUTOR
[KAMI-SAMA, IRIZU-SAN O IRIZU-SENSEI]
Es corto, ¿por qué? ¡Porque inicia el otro volumen! 

COMENTARIO DEL EDITOR
[PHOENIX]
He hecho saltos y he quitado párrafos que decían lo mismo y narraban viajes sin sentido para hacerlo más legible. Además ya iba siendo hora de que publicaras, que el Vol 3 está interesante XD

(ω)ノ

¡Mis más sinceras gracias-!

Te-hee~☆ ♡ ♡


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Vol 2. • Act XLIII -43- •「Overgrowth Level」 Vol 2. • Act XLIII -43- •「Overgrowth Level」 Reviewed by Irizu-san on 5:09 Rating: 5

2 comentarios

¡Yahooo~☆! Agradezco mucho tu comentario~♡♡ Todos son leídos y contestados en menos de 1 día, Te-hee~☆ ♡♡

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